Mateo 12:35-36 “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”.
Escrito Por: Welinton Flores Flores
Cuando Jesús dice que “el hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas”, nos está diciendo que la manera de pensar y actuar de nosotros está guiada estrictamente por lo que hay en el interior de nuestro corazón.
En Marcos 7:21-22 Jesús dice: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez”.
Que tenemos, corazones que sacan cosas buenas o malas. Basta ver la forma en que los seres humanos nos referimos a los demás o a las circunstancias que envuelven el día a día de cada uno. Muchas veces hablan del odio, rencor, angustia, estrés y cosas semejantes, anidadas en el corazón de los que habla.
Pero cuando oímos a una persona calmada, sosegada, llena de la presencia de Dios, sin odios ni rencores, con amor por los enemigos, con llenura del Espíritu Santo, podemos sentir en sus palabras la misericordia, la paz y el gozo de saber que es Dios quien tiene el control y que puede dar solución a las circunstancias. Entonces se cumple en cada uno de los personajes anteriores las Palabras de Jesús: Mateo 7:16 “Por sus frutos los conoceréis”. Ahora, el problema que nos plantea Jesús en sus Palabras, es que “de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.
Todo lo que pronunciemos tiene su registro, esto es como cuando un policía coge un contraventor de la ley y le dice tiene derecho a guardar silencio por que todo lo que diga puede ser usado en su contra. Ósea si no vas a decir cosas coherentes mejor no digas nada.
Dios nos dejó un mandato que es predicar su palabra y ser sal y luz, ser ejemplo y testimonio, si no lo estás haciendo y en vez de hacer lo bueno estás haciendo algo malo, ten presente que de todo se está tomando nota y al final todo esto será presentado en el Tribunal de Cristo.
Padre Celestial, en el nombre de tu hijo amado Cristo Jesús, te pedimos que nos ayudes a cambiar nuestro corazón para que obre de acuerdo a tú voluntad, que podamos tener un corazón del cual salga cosas buenas y agradables para ti, en el nombre de Jesús, amén.