Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Por: Ericka Herrera de Avendaño

Jesús nos asegura que donde dos o tres están congregados en su nombre, Él está presente en medio de ellos. Este versículo destaca la importancia de reunirnos como cuerpo de Cristo para experimentar su presencia y recibir su guía.

Cuando nos congregamos en el nombre de Jesús, Él promete estar en medio de nosotros. Esta presencia divina transforma nuestras reuniones en momentos sagrados de adoración, comunión y edificación. La certeza de que Cristo está con nosotros nos da ánimo y nos fortalece para enfrentar los desafíos de la vida diaria con fe y esperanza.

El congregarnos fomenta la unidad y el apoyo mutuo. En la comunión con nuestros hermanos en la fe, encontramos consuelo y ánimo. Compartimos nuestras cargas, celebramos nuestras victorias y caminamos juntos en nuestro crecimiento espiritual. Esta unidad nos permite perseverar en la fe, sabiendo que no estamos solos en nuestro caminar con Cristo.

Reunirnos como iglesia nos permite adorar a Dios como comunidad y recibir enseñanza de su Palabra. A través de la adoración colectiva, expresamos nuestra gratitud y amor a Dios, y a través de la enseñanza bíblica, somos instruidos y fortalecidos en nuestra fe. La adoración y la enseñanza nos equipan para vivir vidas que honren a Dios y para ser testigos efectivos de su amor y gracia.

Amada iglesia, no dejemos de congregarnos. Perseveremos anclados en la fe, unidos en amor y apoyándonos mutuamente, sabiendo que adorando juntos a nuestro Dios, experimentaremos su fortaleza, guía, poder, consuelo y paz.