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Mateo 24:6-8 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”.

Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano

Constantemente recibimos malas noticias, de nuestra ciudad y del otro lado del mundo. Hay guerras reales y guerras que aún no se producen, pero ya están siendo auspiciadas. Jesús tiene algunas palabras que nos sacan de la corriente de preocupación y temor.

Entre ellas: – Mira que nadie te engañe (Mateo 24:4). En tiempos de caos, los cristianos deben afirmarse en Aquel que es la Verdad. A veces tenemos dificultades para saber si alguien nos miente. Pero no deberíamos tener ninguna dificultad en reconocer al que nos dice la verdad. Creámosle a él.  – Mira que no te turbes. Jesús nos manda a tener una actitud vigilante, primero ante nuestra respuesta al engaño, que debe ser aferrarnos a la verdad. Segundo ante nuestra respuesta al miedo, que no puede ser la turbación, sino la confianza en él. También debemos estar vigilantes ante lo que oímos, la información que llega a nosotros y que puede hacernos tambalear si no estamos afirmados en la verdad.

– Porque es necesario que todo esto acontezca. Esta es la explicación que esperábamos. Los tumultuosos acontecimientos a nuestro alrededor no son accidentes escapados de la soberanía de Dios. ¿Acaso no está él en el trono? Él encauza todas las cosas a favor de los que le aman. Tomemos las noticias de nuestro mundo con sabiduría, no todo lo que ocurre es bueno ni justo, pero Dios permite que ocurra solo lo necesario hasta el día en que él restablezca el equilibrio y la justicia.

– Pero aún no es el fin. El fin de toda injusticia está cerca, pero todavía no ha llegado. Hermanos, cuando el momento llegue, no nos quedará ninguna duda, sino que lo sabremos con certeza. Todo ojo lo verá.

El mundo está contrayéndose en espasmos de dolor y de maldad. Pero para los hijos de Dios el fin no significa mera angustia (que la habrá). Tras esa oscura jornada, empezará una mañana gloriosa.  ¡Aún no es el fin! ¿Sabe eso lo que significa? Que aún hay tiempo para cumplir nuestro cometido. “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2 Corintios 6:2).

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