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Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.

Escrito Por: Welinton Flores Flores 

Cuando Jesús nos llamó a ser la sal de la tierra, nos estaba diciendo que tenemos un pacto con Él y debemos cumplir y que debemos llenar de sal la tierra para poder preservarla para cuando Cristo venga por su iglesia y no nos encuentre en estado de descomposición, sino bien preservados.

El pacto de sal viene de costumbres antiguas, la cual pareciera rara e inapropiada a la gente del mundo Occidental, en realidad es una práctica muy común y sagrada en el Oriente; es una costumbre muy antigua como símbolo o promesa de fidelidad y constancia. Para los Orientales un pacto de sal no es olvidado ni menospreciado, es una promesa de que sus compromisos son inviolables (Números 18:19b; Levítico 2:13). 

En estos versículos vemos lo importante que es para Dios un pacto de sal, es algo perpetuo, cuando nos dice ustedes son la sal de este mundo nos enseña que nunca debemos olvidar ni menospreciar para lo que fuimos llamados, y si lo hacemos estamos fallando a un pacto, con Dios. Siendo sal, nuestro deber es esparcirnos sobre la carne del mundo para darle sabor y preservarla.

Cristo manda que sus discípulos sazonen con el conocimiento del Evangelio. Y nos dice que no permitamos que la sal se vuelva insípida (Lucas 14:34-35). Al mencionar Jesús que la sal se vuelva insípida, podríamos pensar que la sal perdió su sabor, pero según investigaciones realizadas el grano de sal nunca pierde su sabor, entonces viendo esto, podemos pensar que lo que Jesucristo decía, si un discípulo no obra como la sal, no es ni ha sido jamás un verdadero seguidor de Cristo. Miremos nuestra vida cristiana y reflexionemos si somos o no parte de la sal de esta tierra, analicemos y recapacitemos.

Padre Celestial, gracias por permitirnos entender que tenemos una gran responsabilidad delante de ti, ser sal implica nunca olvidar nuestro llamado y sabiendo nuestro llamado ir esparciendo sal a este mundo perdido para poder alcanzar nuevas almas para ti, ayúdanos a cumplir este propósito, en el nombre de Jesús amén.

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