Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”.

Por:  Dayse Villegas Zambrano

En el sermón de la montaña los siguientes bendecidos no son los más talentosos, carismáticos, creativos, influyentes o trabajadores. Son los que se toman en serio la justicia del reino de Dios, tanto que la sienten como el hambre o la sed. La buscan constantemente, no pueden olvidarse de ella. “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). 

Tome nota: “La justicia para nosotros debe ser una prioridad”. Jesús habla de un tipo de justicia en especial, la del reino de Dios. ¿Cómo es?: 1) Es una justicia que no es posible alcanzar mecánicamente, a través de reglas y de obras. Todas las civilizaciones y estados del mundo han tenido sistemas de justicia, desde la antigüedad, ordenando y prohibiendo y también anticipando el castigo. En la Biblia están las leyes del Antiguo Testamento. Esas leyes fueron incumplidas una y otra vez y no alcanzaron a salvar a nadie. 2) Es una justicia que solo el Señor Jesús pudo cumplir en su totalidad, en lugar de todos nosotros, que no podíamos cumplir con ningún tipo de justicia. 3) Es una justicia que se le adscribe al pecador a través de la fe en Jesús. Así quedamos aceptables delante de Dios (Romanos 10:10). 4) Sin Jesús no hay justicia, él es el autor (Romanos 10:4).

Y esta es la bendición para aquellos que aman la justicia: la recibirán hasta quedar llenos y la recibirán pronto, aunque parezca que todo está en su contra. En la parábola del juez injusto (Lucas 18), Jesús nos enseñó a no desanimarnos y a orar insistentemente pidiendo la justicia del reino de Dios. “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia”.