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Mateo‬ 8:25b-26‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬ “¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza”.‬‬‬‬‬‬‬‬

Por: Pst. David Agustín Pérez Vera

‬‬Hoy estamos delante de unos de los relatos del Nuevo Testamento más confrontativo para todo cristiano y, es cuando se pone a prueba nuestra fe. Para el contexto del relato bíblico, podemos ver que, al anochecer Jesús y sus discípulos cruzaban el Mar de Galilea en una barca, cuando se levantó una gran tormenta, con las olas arremetiendo sobre la barca, de modo que casi se inundó. El Señor Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, pero los discípulos le despertaron y le dijeron, Maestro, ¿no te preocupas si perecemos? ¡Cuántas veces en nuestra vida peligramos y a veces ni nos damos cuenta! ¡Qué precioso es pensar que en esa barca en el mar de Galilea estaba durmiendo aquel que es el Creador de los cielos y de la tierra! 

Allí estaba descansando Aquel de quien se nos dice en las Sagradas Escrituras en Colosenses 1:17-19Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud”. ¡Qué palabras que penetran hasta lo profundo de nuestro corazón! ¡Yo estoy con ustedes en el barco! ¿No sabéis que no hay tormenta que pueda hundir este barco? “Pero Maestro”, diríamos nosotros, “el barco se está llenando de agua, las olas nos golpean con una fuerza brutal. Las tablas de la embarcación no pueden resistir estos martillazos titánicos”. 

Entonces nuestro Señor Jesús se levantó, que bendición para todo cristiano que ha puesto la confianza en el autor de nuestra fe, no importa la situación que enfrentemos, el Señor Jesús siempre se levanta por nosotros. Cuando una barca se está moviendo para todos lados, hacer esto no es algo fácil; pero el Señor Jesús se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza, esto es muy especial. 

El viento que sopla con la fuerza de un huracán de pronto se detiene. Es que desde aquella pequeña barca Jesús de Nazaret ha dado la orden y se hace una gran bonanza. Somos barcas que navegamos en el mar de la vida, muchas veces se desatan tormentas, pero si Jesús está en esa barca, estamos seguros. ¡Gloria a Dios porque nuestro Señor Jesús está en nuestras vidas! Debemos seguir las pisadas de nuestro Señor Jesús cada día de nuestras vidas y jamás dejar de creer que Él todo lo puede. 

Demos gracias a nuestro Padre Celestial por este día y que, nos de la capacidad para vivir confiando en Él a pesar de los inconvenientes y circunstancias adversas del día a día. Shalom.

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