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Nehemías 1:6 “Esté ahora atento tu oído, y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado”.

Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez

El Libro de Nehemías comienza y termina en oración. Nehemías era un hombre de fe, que dependía totalmente del Señor, para llevar a cabo la obra, que Dios le había encomendado. Nehemías tuvo éxito porque dependía de Dios.

Alan Redpath, hablando del ministerio de la iglesia de hoy en día, dijo, “Hay demasiado trabajo haciéndose ante los hombres, pero muy poco tiempo, esperando ante Dios”. ¿A qué clase de Dios le oramos cuando levantamos nuestras oraciones al Dios del cielo? Nosotros le oramos al único Dios… fuerte, grande y temible, que es digno de nuestra adoración y alabanza.

Si se siente angustiado y a punto de emprender una obra, entonces usted necesita gran poder, gran bondad y gran misericordia de nuestro gran Dios. ¿Es el Dios a quien adora lo suficientemente grande para lidiar con los retos que se está enfrentando?. Pues decimos un gran “Sí” por repuesta. Él está al control de la vida de sus hijos, de la vida de aquellos que han decidido otorgarle las riendas de su corazón, a través de Jesucristo.

Aquí podemos ver claramente que Nehemías tenía un gran dolor, una gran preocupación. Él estaba dispuesto a enfrentarse a los hechos, llorar sobre ellos, y hablarle a Dios acerca de ellos. Ese es el lugar por donde debemos comenzar. Lo que necesitamos es enfrentarnos honestamente a cualquier problema, debilidad, circunstancia, cualquiera que sea, sin echarle la culpa a nadie, o tratar de involucrar a alguien más, decirlo a Dios en oración. Aunque Dios lo sabe todo, desea que le comuniquemos nuestras necesidades a ÉL, para que Él pueda actuar una vez de reconocer que Él es todo lo que necesitamos.

Dios siempre acoge a aquellos que vienen a Él, con el espíritu quebrantado y el corazón contrito. No olvide que el llamado más alto y más grande de los cristianos es el Ministerio de la Oración, Amén.

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