Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.
Por: Nelly Jácome de Pérez
Dios no es voluble, inestable o inconstante, como suele ser el hombre, sino que por su naturaleza misma es fiel y leal a sus promesas y compromisos. Sin embargo, este atributo de Dios no excluye la posibilidad de que Dios cambie su manera de ver o sus planes bajo ciertas circunstancias.
Por ejemplo, a veces Dios si cambia sus planes con respecto al juicio como una respuesta a las oraciones intercesoras de su pueblo fiel (Éxodo 32:11,14) o como resultado del arrepentimiento de un pueblo inicuo (Jonás 3:1-10; 4:2). En muchas porciones de la Escritura, se dice que Dios se arrepintió; es decir que Él cambió de parecer y de planes con relación a lo que tenía determinado sobre ciertos hombres, pero Él siempre se mantuvo fiel a lo absoluto de su justicia (porque Él es inmutable).
Dios cambia su parecer hacia el hombre, cuando el hombre cambia su actitud ante Dios. Por ejemplo, Dios se regocijó cuando vio al hombre creado a su imagen y semejanza, en un estado de pureza e inocencia, y lo bendijo Dios (Génesis 1:28), “y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera (Génesis 1:31).
Pero cuando el hombre se corrompió en extremo a causa del pecado, Dios se arrepintió (sintió pesar o se lamentó) de haber hecho al hombre y le dolió en su corazón (Génesis 1:5-6). Cuando la gente de Nínive cambió, tomando la buena decisión de volverse a Dios, entonces “vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jonás 3:10). En resumen, aunque Dios haya determinado algo malo contra algún pecador, si este pecador se convierte de su maldad, entonces esta conversión hará que Dios se arrepienta (cambie de parecer hacia aquel pecador) y no traiga el mal que había pensado hacerle (Jeremías 18:8-9).
Por el contrario, si Dios ha pensado traer algo bueno sobre un justo, pero este justo hiciere lo malo delante de sus ojos, no oyendo su voz, entonces Dios se arrepentirá (cambiará de parecer hacia aquel que ya no es justo) y no le traerá el bien que había determinado hacerle (Jeremías 18:10).
Padre Celestial, por las Escrituras sabemos que eres un Dios justo e inmutable, que de ninguna manera dejarás impugne al malvado, pero te agradecemos porque no desprecias el corazón contrito y humillado ante tu presencia, otorgando salvación y vida eterna, en el nombre de Jesús, Amén.