Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
Por: Marianella Layana de Jácome
El hombre tiende a mentir y no cumplir con sus promesas, sin embargo, Dios, nunca miente, porque no es hombre como nosotros para mentir y tampoco necesita cambiar de opinión. Cuando Él en su buena voluntad decide bendecir, así lo hace, si decide dar, lo da, así mismo si decide quitar, lo quita.
Dice la palabra de Dios en Josué 23:14 “No ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas”. Nuestro Dios cumple su palabra siempre, el hombre siempre falla, es un riesgo creer en sus promesas, pero a diferencia de nuestro Padre no hay riesgo alguno en creerle.
Dios es fiel y nunca cambia: “En el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:17. Dios es todopoderoso, no hay nada imposible para El, nada está fuera de su alcance y su poder. Cuando Dios nos hace un llamado, y nos da sus dones, no se arrepiente. Nosotros los hombres somos volubles, nos dejamos influenciar por otras personas, por dificultades, por dinero, por fama y cambiar por completo nuestras acciones y pensamientos.
Nuestro Dios es Santo y confiable, dejémonos influenciar por completo por Él, por su fidelidad, por su veracidad, por su inmutabilidad, para que podamos permanecer fieles, siempre dando buen testimonio como Hijos del Dios vivo y verdadero que somos.