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Escrito Por: Jackson Villalobos Duarte

El corazón es uno de los órganos más importantes del cuerpo del ser humano, sin este órgano, el ser humano no podría sobrevivir. A lo largo de la Biblia leemos la importancia del corazón, no solo en el ámbito físico sino también en el ámbito espiritual, así también leemos sobre el cuidado y la importancia de tener un corazón agradable, santo e íntegro ante Dios (Mt 5:8).

En la primera parte del versículo 23 de proverbios 4 leemos: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;”, el sabio rey Salomón nos aconseja que, sobre todas las cosas, guardemos nuestro corazón, ¿de qué?, del pecado; debemos guardar nuestro corazón de todo lo malo ante los ojos de Dios y de los malos caminos e inclinar nuestro corazón a Dios que es lo esencial, lo justo y lo íntegro (Mateo 22:37).

Generalmente, cuando algo se guarda y cuida, se considera muy importante; en la segunda parte del versículo 23 de proverbios 4 leemos: “…porque de él mana la vida.”; es decir, del corazón mana la vida, pues se mencionó que nuestro corazón debe apartarse del mal camino, para mantener nuestra vida guardada (Proverbios 16:17), enfocada en cumplir los mandamientos de Dios que es su voluntad (Proverbios 3:1-2).

Para un hijo de Dios guardar su corazón es algo imperativo, porque si hacemos lo contrario, contaminamos todo nuestro ser con malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos falsos testimonios y blasfemias (Mateo 15:19). Como hijos de Dios no podemos permitir esto, nosotros somos templo de Dios y en nosotros mora el Espíritu Santo (1 Corintios 3:16-17), por tanto, es nuestra responsabilidad cuidarlo. 

Cuidar el corazón, es andar en santidad, mantener la integridad y la pureza de nuestro amor, fe, confianza y esperanza en Dios; llenando nuestro corazón de la buena palabra y de una actitud que glorifique su nombre.  Nuestro corazón pleno en Cristo, es esencial porque Cristo es el camino, la verdad y la vida abundante (Juan 14:6). Que podamos andar en integridad guardando nuestro corazón ya que de él mana la vida.

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