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Romanos 1:13 “Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles”.

Por: Dayse Villegas Zambrano

El apóstol Pablo no fue un recolector de beneficios, al contrario, trabajaba en su oficio para mantenerse y para apoyar a otros y sus viajes eran hechos a costa de sacrificios. Era un sembrador que se alegraba de ver frutos en los lugares en los que había servido. Solo que estos frutos no eran para él. 

Con una vida abundante viene el deseo de ver lo mismo en los demás. Pablo, al anunciar su visita a Roma en esta carta, no les exige a los hermanos que le tengan resultados. Más bien dice que ha rogado en oración tener la oportunidad de ir hasta ellos para bendecirlos. 

“Quiero verlos para comunicarles algún don espiritual”. Pablo va en una postura de discipulador, de maestro que siente que necesita interacción presencial con los discípulos para ayudarlos a descubrir sus dones. 

“A fin de que seáis confirmados”. La aparición del fruto espiritual entre nosotros corrobora que hemos sido regenerados a una nueva forma de vida que produce actos que hacen la diferencia. El fruto es motivo de alegría, la cosecha es ocasión para festejar. 

“Para ser mutuamente confortados por la fe”. La alegría no solo es para los que son aprobados, sino para el que ha trabajado entre ellos sembrando el evangelio: la labor no ha sido en vano. Animado por este pensamiento, Pablo expresa su famoso: “Soy deudor”. Esto distingue a los dadores, que ofrecen lo que tienen, vidas abundantes, porque dependen de Dios. 

Si estamos sintiendo lo contrario, agotamiento, indiferencia, incomprensión o ansiedad, usemos las herramientas del apóstol. En Romanos 3:8-10 él describe su rutina de cuidado. Analice sus prioridades. “Primeramente doy gracias a Dios”. Recuerde a quién le sirve. “A Dios sirvo en mi espíritu en el evangelio de su hijo”. Y ore continuamente. “Sin cesar hago mención de nosotros siempre en mis oraciones”.  

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