Romanos 1;16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.
Escrito Por: Welinton Flores Flores
Cuantas personas existen en el mundo que se avergüenzan de que los saluden o identifiquen como cristianos sobre todo en su entorno, trabajos o incluso familia. Esto es paradójico porque muchos no se avergüenzan de que los califiquen como ladrones, adúlteros, murmuradores, estafadores, mentirosos, borrachos, maldicientes, mal hablados, déspota, o cualquier otro desmérito y pecado de este mundo, pero si les avergüenza que los vayan a identificar como cristianos. Sin embargo, Pablo declaraba con toda firmeza que él no se avergonzaba del evangelio y en estos versículos podemos encontrar al menos tres razones por la cuales no hacerlo.
La primera razón por la cual no debemos avergonzarnos del evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. No somos nosotros, es Dios que nos usa como instrumento, es su poder, no hay de que avergonzarse, ni sentir timidez al hablar de Él, porque nosotros sembramos, pero el crecimiento lo da Dios (1 Corintios 3:6 “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”).
En segundo lugar, no nos avergonzamos del evangelio porque es un mensaje que no hace acepción de personas, es mas nos enseña que nuestro deber es ir a los más necesitados y seremos bendecido por nuestra labor. Isaías 58:10 “Si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche” (1 Pedro 3:13-14). La fe es el fundamento de todo cristiano, sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Si actuamos por fe y con fe Dios nos usará para su propósito.
Padre Celestial, te pedimos que nos ayudes a vivir una fe verdadera, un evangelio que sea digno de imitar, que la vergüenza que el enemigo quiera producir en mi vida, tu con tu poder lo deseches y nos ayudes a tener más fe, sabiendo que la fe nos permite ser aceptos delante de ti, por que sin fe es imposible agradarte, en el nombre de Jesús amén.