Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
Una bendición extraordinaria para nuestras vidas, es tener la Palabra de Dios, como norma de fe y conducta. La misma que nos inculca como creyentes, las santas obligaciones que nuestra nueva posición y vida en Cristo se nos imponen en el caminar diario como hijos del Eterno. Por lo que, se hace necesario analizar nuestro carácter general para el servicio cristiano, lo que nos llama a la consagración propia, en todo nuestro espíritu, alma y cuerpo, a Aquel que nos llamó a la comunión con su Hijo Jesucristo.
Así que, os ruego, pues, amados hermanos y amigos, en vista de todo lo que se ha mencionado por las misericordias de Dios, esas misericordias cuya naturaleza gratuita e inmerecida, canal glorioso y frutos salvadores han sido abiertos en tal longitud, que presentéis, vuestros cuerpos, es decir, vosotros mismos en el cuerpo, considerado como el órgano de la vida interior. Así como, es a través del cuerpo que todo el mal que está en el corazón no renovado sale a la manifestación y acción palpable, así es a través del cuerpo que todos los principios y afectos llenos de gracia de los creyentes se revelan en la vida exterior. Como cristianos nunca debemos olvidar que, así como la corrupción se extiende a todo el hombre, también lo hace la santificación.
Hoy te animo a presentar un sacrificio vivo, un glorioso contraste con los sacrificios legales, que, excepto cuando eran inmolados, no eran sacrificios en absoluto. La muerte del único, Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ha barrido a todas las víctimas muertas del altar de Dios, para dejar lugar a los mismos redimidos, como sacrificios vivos a Aquel que hizo “Él sea pecado por nosotros”, para que, cada argumento de sus corazones agradecidos sea alabanza, y cada acto impulsado por el amor de Cristo, sea en sí mismo un sacrificio a Dios de olor fragante. Hebreos 13:15 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”.
Finalmente, estamos llamados a presentar nuestros cuerpos integralmente delante del Eterno y Soberano Dios, pero dado que es por nuestros cuerpos que nos movemos, nos mezclamos en la sociedad y entramos en contacto con todas las diversas fases de la vida, ¿cómo vamos a llevar a cabo nuestro cristianismo en el mundo malvado y atrayente que nos rodea?. La respuesta está en la misma Palabra de Dios, Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Shalom, Cristo viene pronto.