Romanos 12:10: “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros”.

El Apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, está exhortando a los creyentes a vivir una vida de amor y servicio. Este versículo en particular nos llama a cultivar un amor fraternal genuino y a honrar a nuestros hermanos en Cristo.

La Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestras relaciones con otros creyentes. ¿Estamos amando de manera genuina y honrando a nuestros hermanos y hermanas en Cristo? Pablo nos recuerda que el amor fraternal no es solo un sentimiento, sino una acción que se manifiesta en la forma en que tratamos a los demás.

El amor fraternal va más allá de la mera amistad. Implica un compromiso profundo con el bienestar de nuestros hermanos en Cristo, un amor que se basa en nuestra identidad compartida como hijos de Dios, debemos honrar a los demás y esto significa reconocer su valor y dignidad como personas creadas a imagen de Dios, implica tratarlos con respeto, consideración y amabilidad, valorando sus opiniones y necesidades.

Este versículo nos enseña que preferir a los demás no significa menospreciarnos a nosotros mismos, sino poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras. Implica estar dispuestos a servir, a perdonar y a sacrificarnos por el bienestar de nuestros hermanos y hermanas.