Romanos 12:21
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano

La bondad trae crecimiento. La bondad nos hace victoriosos. La bondad es poderosa. Este hermoso fruto del Espíritu a menudo es confundido con blandura, con falta de carácter. Para el mundo, la bondad es incluso aburrida, porque le falta esa chispa de malicia que fascina al ser humano. 

Es curioso que incluso en medio de la iglesia la bondad es vista como una virtud opcional, inferior a otras cualidades más interesantes, a dones más atractivos, cuando la bondad es parte de la naturaleza de Dios. La bondad es lo opuesto a la maldad. Usted sea un campeón de la bondad, y venza con ella el mal. 

¿Cómo se crece en bondad? Como con la paz, búsquela. Sea lleno del Espíritu, pues es fruto de su presencia en nuestra vida. Pida y clame por convertirse en un cristiano bondadoso, sellado con el poder de derrotar al mal con una disposición bondadosa y una sabiduría bondadosa. Y como con la humildad, asóciese con personas bondadosas, busque su compañía, aprenda de ellas. Nunca desestime el poder de un cristiano lleno de bondad. 

Al igual que con la solidaridad, trabaje por ella, pues la bondad requiere esfuerzo y lucha diarias. Es fácil poner en ejercicio la bondad, solo espere a que la próxima injusticia aparezca a indignarlo. Entonces guíese por el Espíritu a actuar con bondad, que no es indulgencia, sino poder de Dios para derrotar al mal.