Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

Rut 4: 17 “Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed”.

Por: Marianella Layana de Jácome

La historia de Rut y Noemí, es una bella historia conmovedora, que reafirma el Poder de Dios y como Él cumple sus promesas en la vida de los que le honran.  Dios siempre nos bendice más allá de lo que esperamos, de lo que imaginamos. Noemí estaba quebrantada y muy afligida por la muerte de su esposo y sus hijos. Sumergida en el abandono en la más profunda pobreza.  Pero dentro de esa soledad y tristeza Dios toca el corazón de Rut y su nuera decide no abandonarla.

Toda esa pobreza y rechazo al que estaban destinadas, dio un giro total cuando su situación desesperada fue redimida a través de Booz, un pariente que se casó con su nuera y les dio un hogar a ambas.

Todo lo que vivían con Booz era maravilloso, las cosas no podían estar mejor. Pero después de un tiempo, Dios bendijo a Rut y Booz con un hijo. Ahora, Noemí tenía un nieto. A ese bebé lo llamaron Obed, éste creció y se transformó en el padre de Isaí, quien fue padre de David. La familia de Noemí pertenecía al linaje real de Israel, para muchos todas estas bendiciones eran más que suficientes, sin embargo, Dios no detuvo la bendición porque David se transformó en el ancestro de nuestro Señor Jesucristo Salvador. 

Si creemos en Cristo, si le creemos a Él, nunca nos abandonará y sus bendiciones estarán con nosotros.  Antes de Cristo no éramos nada, no teníamos valor al igual que Rut.  Cristo nos redimió, nos rescató de nuestra desgracia y perdición. Ahora somos plenamente aceptados por nuestro Padre Celestial.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.