Salmos 119:133 “Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí”
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
El creyente, agobiado con las preocupaciones de la vida y sus conflictos con el pecado, puede clarificar con la Palabra lo que ella le transmite para ordenar sus pasos. Al pedir que Dios ordene los pasos, el salmista tiene en cuenta que las Escrituras nos muestran lo que éramos, lo que somos y lo que seremos, por un lado, deseando avanzar en correcta línea y por otro lado muestra la misericordia y la justicia del Señor cuando se trata de “violencia de los hombres” que nos puedan amedrentar.
Dios se vuelve a los que aman Su nombre y les tiene piedad, los rescata de la opresión y afirma sus pasos. Ninguna iniquidad nos dominará si amamos de todo corazón la Palabra de Dios y con la ayuda de Su Espíritu la ponemos por obra.
Jesús no es solo Salvador, Él es Señor de señores, y cualquier área de tu vida que no esté sometida a la palabra de Dios competirá por el señorío de tu vida; nuestros ídolos se propagan de aquellas áreas que no queremos rendir al Señorío de Cristo (bien decía Lutero que hay partes de nuestro corazón que todavía necesitan ser evangelizadas).¿Qué áreas no están ancladas a su Palabra? Peligramos en esas áreas, acercaos pues a Dios, humillémonos y reconozcamos que necesitamos orden en nuestras vidas, a fin de poder ser guiados por el Espíritu de Dios, que vive en nosotros.
Señor Jesús, haz que mi corazón se deleite en tu verdad y que mi vida se conforme más fielmente a tu voluntad. Guíame en tu camino y mis pasos en tu justicia. Dame el poder de librarme de cualquier esclavitud que Satanás usaría para controlarme y arruinar mi influencia, en tu nombre lo pido, Amén.