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Salmos 46:1-2 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.  Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar.

‬‬Por: Ps. David Agustín Pérez Vera

Alguien podría preguntarse respecto al texto leído ¿Cómo sabe usted pastor si esto es cierto o no? Pues en lo personal es una promesa de Dios que es y ha sido real en mí vida. Enfáticamente el Salmista nos dice en estos textos: Dios es nuestro amparo y fortaleza, El que nos ayuda siempre en nuestros problemas o tribulaciones. El Salmo 34(8) dice: “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él”, maravillosa promesa que nos desafía a confiar en el Eterno, en momentos de angustia.  Lamentablemente, los cristianos fallamos en depositar nuestra confianza en el Eterno, porque no somos conscientes de Su poder y no hemos aprendido la verdad de Su Suficiencia y todo Poder. Necesitamos considerablemente depositarnos y descansar en Dios, por cuanto Él no nos defrauda y realmente sólo Él es suficiente para ayudarnos en cualquier circunstancia. ¡¡¡ Gloria a Dios!!!

“Aunque la tierra sea removida” es una palabra contundente, una circunstancia de las más extremas que podamos imaginar ¿Ha pasado o vivido algún terremoto? Nuestro país experimentó el 15 de abril de 2016, un sismo de magnitud 7.8 en la provincia de Manabí, causando pánico. Al menos se reportaron 673 personas fallecidas y 6.274 heridos y 28.775 damnificados, siendo para el Ecuador uno de los terremotos más devastadores en su historia.

Este hecho, cuanta angustia y temor generó en muchas personas y los hijos de Dios no fueron la excepción al saber que sus vidas corrían un gran riesgo. En momentos como estos, asirnos de las promesas dadas por el Eterno, debe ser nuestro amparo y fortaleza, a final del día toda nuestra confianza debe estar sólo en el Todopoderoso.

Por todo esto, digamos en este día juntos como uno en Cristo Jesús, Padre Celestial Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente por medio de la autoridad que has dado a tu Hijo Jesús, te pedimos que nos alejes de todas las fuerzas negativas de la naturaleza que puedan afectar a nuestras vidas: rayos, temblores, terremotos, inundaciones, deslaves, tsunamis, volcanes en erupción, incendios forestales y sequías, ponemos nuestra confianza en Ti oh Shaddai, ayúdanos en todo tiempo en nuestras adversidades, Shalom.

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