Salmos 81:1 “Cantad con gozo a nuestro Dios, fortaleza nuestra; al Dios de Jacob aclamad con júbilo”.
Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano
Ay, si hubiésemos sabido lo que pasaría, no habríamos hecho tantas cosas de las que ahora nos arrepentimos. Cuando nos acordamos de esto, se nos quitan las ganas de reír y cantar. Bajamos la cabeza y callamos. Nos sentimos débiles.
Esto le pasó a la nación de Israel, cuando fue deportada a las distintas regiones de Babilonia, y sus conquistadores les pedían: Cántennos algunos de los cánticos de Sion. Es el lamento de los cautivos del salmo 137, cosechando los frutos de siglos de desobediencia. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?. En el salmo 81, Dios amonesta a Israel a volverse a Él. Es interesante que esta exhortación al arrepentimiento empieza así: Canten con gozo a Dios, nuestra fortaleza; aclamen con júbilo al Dios de Jacob.
Por supuesto, al corazón quebrantado y humillado esto le parece difícil. ¿Cómo nos pide cantar, si hemos perdido hasta la voz? Los deportados tuvieron que aprender a hacerlo. Y nosotros también. Nunca deje de alabar a Dios. La alabanza no se basa en nuestras emociones. La alabanza se basa en el poder de Dios. La alabanza verdadera nace del corazón arrepentido y perdonado. El perdón produce gozo. Y el gozo del Señor es nuestra fortaleza.