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Santiago 1:13-14 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”.

Por: David Agustín Pérez Vera

El medio hermano de nuestro Señor Jesucristo, llamado Jacobo y muy conocido en el Canon Bíblico como Santiago, nos dejó bien claro que el Espíritu Santo en Su instrucción manifiesta, que el Eterno nunca prueba a los hombres con el mal y con el pecado, enfáticamente declaró que cuando alguien es tentado no diga que es tentado de parte de Dios. 

Claro está, que cuando uno se deja llevar por el deseo, el deseo engendra el pecado, y el pecado trae como consecuencia la muerte. Amados hermanos y amigos, no nos desviemos del camino y calzada, llamado camino de Santidad, al cual estamos llamados a transitar en nuestro diario caminar Cristo céntrico. Todas las cosas buenas, vienen del Eterno, ya que Él es Amor y Él es el único en quien podemos confiar, pues Su amor es constante, permanente y eterno. 

En tal sentido, la Palabra nos recuerda que no podemos culpar al Eterno de nuestras acciones y decisiones equívocas. En lugar de eso, debemos asumir nuestra responsabilidad y pedir perdón al Eterno y apartarnos para siempre de aquello que no agrada a Dios. Asimismo, nos invita a tener cuidado y discernimiento para no confundir la tentación, con la necesidad de enfrentar pruebas y desafíos. La tentación no es exclusiva de ninguna persona, todos en uno o en otro momento tenemos que enfrentarla en nuestra vida. Sin embargo, esto no significa que tenemos el derecho de culpar al Eterno por nuestras decisiones. Como hijos de Dios, debemos recordar que tenemos el poder del Eterno y la ayuda del Espíritu Santo para resistir la tentación. ¡¡¡Gloria a Dios!!! Por eso debemos confiar en la Sabiduría de lo Alto para tomar las decisiones correctas en nuestro diario caminar.

Cada día nos enfrentamos a situaciones, que pueden provocar cólera, venganza, ira, términos que se traducen en enojo, sabiendo que, la palabra griega “Orge” se refiere al enojo destructivo, que motiva a la venganza, al resentimiento con deseos de lastimar y anular al otro, asimismo, existen otros términos que indican un enojo momentáneo sin consecuencias malignas, incluso puede considerarse como una expresión, que ayuda a la persona a reflexionar en su actitud y reacciones. 

La decisión que tomemos en circunstancias como estas, estarán ligadas al estado espiritual en que nos encontremos como hijos de Dios, cuya respuesta será determinante en cómo respondemos ante una u otra situación. La misma Palabra sostiene en Efesios 4:26-27 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”.

Amados hermanos y amigos, hoy nos queda en la retina de nuestra memoria, que cada tentación que enfrentemos será una oportunidad para crecer espiritualmente. En lugar de sucumbir a la tentación, debemos pedir la ayuda al Eterno y buscar Su ayuda a través de Su Palabra y la guía del Espíritu Santo, Shalom.

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