Santiago 1:25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
Muchas iglesias están llenas de personas que son solamente oidores, asisten a una iglesia por muchas razones (pasar un rato, ser parte de algo, saludarse con algún amigo), pero su corazón está lejos de Dios.
Los creyentes deben observarse así mismo en la luz de la palabra de Dios, luego tienen que observar fijamente a la perfecta ley, la ley de la libertad, el evangelio de Jesucristo. El conocimiento de sí mismo es útil, pero el conocimiento de Dios es eterno. Romanos 8:2 “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia (Lucas 8:15). Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo (2 Juan 1:9). La Perseverancia testifica que la semilla cayó en tierra buena y lleva frutos, y es el resultado de que Dios está en nuestros. La no perseverancia es un indicativo de que no tenemos a Dios.
No hay mayor gozo que este, el hacer la obra de Dios nos llena de gozo y alegría. Jesús pudo decir “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra” (Juan 4:34).
El evangelio consiste en obediencia, hay muchas promesas en la biblia y todas están asociadas a un acto de obediencia para disfrutarlas. Adán y Eva fueron sacados del Huerto del Edén por su desobediencia (Génesis 3:6-7). La desobediencia de Saúl fue su ruina espiritual (1 Samuel 15:26-28). La desobediencia de Pedro y los discípulos fue la causa de su negación y dispersión (Mateo 26:40). Está usted poniendo en práctica la Palabra de Dios, como un acto de obediencia al Eterno, haciendo la diferencia entre una persona meramente religiosa y una persona verdaderamente comprometida. Debemos ser hacedores de la Palabra de Dios, Amén.