Juan 17:15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
Los cristianos nos encontramos en el mundo pues formamos parte del mismo. El mundo cada día es invadido más y más por el mal. Satanás rige en este mundo y nos rodea cual león rugiente. Las tentaciones de la carne crecen a montones. La vanidad del mundo trata de llenar nuestros ojos tratando de hacernos caer, de llevarnos al foso tenebroso pero los cristianos contamos con una fuerza que nos hará triunfar sobre todas estas cosas, la seguridad de la respuesta de la oración que Jesucristo hizo por nosotros. “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.
Resulta sorprendente que Él no oró que fuésemos quitados del mundo. Creemos que el arrebatamiento de la iglesia es maravilloso, y así será. Pensamos que el arrebatamiento traerá gloria a Dios, y eso es verdad. Pero debemos comprender una cosa. Dios recibe gloria al guardarle a usted y a mí en este mundo.
Es verdad que ansiamos la llegada de Cristo. En Apocalipsis 22:17, leemos que el Espíritu y la Novia, dicen ven. El Espíritu Santo está cansado de este mundo. Está entristecido. Él dice: ven. Nosotros también estamos cansados, y como somos llamados la novia de Cristo, decimos: ven. Pero Jesús no oró que fuésemos quitados del mundo, sino que fuéramos guardados del maligno, de Satanás. No quisiéramos estar aquí ni por un momento, si no fuera porque nuestro Señor nos está guardando del maligno.
Que confianza y seguridad nos da como hijos de Dios, vivir entregados a su voluntad y protección todopoderosa. Buscando cada día permanecer en su presencia. Cuanto más plenamente los creyentes habiten en Cristo y en su palabra, haciendo de Él su vida y su morada, tanto más plena será su paz y tanto mayor su liberación del mal, Amén.