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Hechos 13:2-3 “Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”.

Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez

¿Alguna vez ha notado que muchas cosas vienen en pares: dos manos, dos pies, dos ojos, dos riñones, dos pulmones, dos asientos delanteros de un auto o de un avión (uno para el piloto y el otro para el copiloto)?.

El Señor le dijo a Noé en Génesis 6:19-20: “Y de todo lo que vive, de todo ser, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán”. Jesús dijo en Mateo 18:19, “Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. Entonces él demuestra el ” El Principio de Dos” en Marcos 6:7, “… Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos….”.

Hay literalmente cientos de ejemplos bíblicos e instrucciones para que nos emparejemos (Moisés y Aarón, Abraham y Sara, Bernabé y Saulo, etc.) ¿Por qué? Creo que la respuesta se encuentra en Eclesiastés 4:10: “… Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo!. Cuando caiga no habrá otro que lo levante!” No fuimos hechos para hacer la vida por nuestra cuenta.

Como matrimonio, familia e iglesia, es tan importante unirnos en oración para ser dirigidos por el Santo Espíritu de Dios y poder conocer su voluntad. Que podamos ser solícitos en participar el uno con el otro, alguna necesidad o problema. Que no consideremos, que no es importante que nadie sepa lo que estamos viviendo. El Señor Jesús nos quiere en compañía, no solos. La unidad perfecta que mantiene el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nos da un hermoso ejemplo de unidad perfecta, Amén.

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