Levítico 19:2 “Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
Este versículo nos da una pista sobre el significado de la santidad. Nada podría parecer más común y menos santo que la suciedad ordinaria, pero el Señor dijo a Moisés que la suciedad ordinaria en la que él estaba de pie era tierra santa, santa debido a la presencia de Dios.
Éxodo 3: 5 “No vengas cerca quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en el que está de pie en tierra santa”. Dios es santo, y santifica la presencia de Dios (hace santo) todo lo que toca, incluso el suelo debajo de los pies de Moisés. La palabra hebrea, Qadosh, significa Santo en el sentido de que Dios ha destinado una persona o cosa para un propósito santo.
En tal sentido podemos decir que, para ser elegido por Dios para ser un pueblo santo, esto se confiere en un gran honor, pero es menester considerar que aquello confiere obligaciones, así como privilegios. Como pueblo santo de Dios, así como Israel estuvo y está obligada a vivir como un pueblo santo; así, tu y yo lo estamos al ser la Iglesia del Cristo Vivo y Resucitado.Por tal motivo, consideremos que esto requiere de obediencia a los mandamientos, instrucciones y lineamientos dados por nuestro Padre Celestial en las Sagradas Escrituras.
Toda la santidad es derivada, derivada de la santidad del Eterno, por lo tanto, amados hermanos y amigos, tenemos un gran desafío en este día, al ser templo y morada del Espíritu
Santo, que hagamos de nuestras vidas integralmente, en acción, hecho o pensamiento, una vida que agrade a nuestro Padre Celestial en santidad y fidelidad a Él. Recordando que el precio que Dios pagó por cada uno de nosotros es tan alto, y cuyo acto nos hizo pueblo Suyo, Real Sacerdocio y Nación Santa. Shalom, Cristo viene pronto.