2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.
Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano
En la segunda carta a los Corintios, Pablo y Timoteo se describen como ministros del nuevo pacto de Dios con el hombre. No solo ellos, sino toda la Iglesia ha recibido el ministerio de la reconciliación, que se cumple al realizar la Gran Comisión (Mateo 28:18-20). Es una gran dignidad porque proviene de un gran Dios.
Nosotros, como seres humanos, estamos conscientes de nuestra fragilidad y nuestras limitaciones. La vida diaria, el trabajo, las enfermedades y la muerte se encargan de recordárnoslo. Somos como una frágil vasija de barro que se rompe con el uso, la presión, el descuido o el maltrato.
La belleza de esta situación es que tal como somos hemos recibido la excelencia del poder de Dios, que nos transforma desde lo más profundo y que nunca nos dejará vacíos de su presencia. Acepte su fragilidad. Y maravíllese del poder que vive en usted.