Colosenses 1:29 “La fuerza de Dios actuando en nosotros nos fortalece y nos permite trabajar y luchar más allá de nuestras posibilidades humanas. ¿Pero cuál es ese trabajo en el cual estamos llamados a trascender?”.
Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano
En el verso 28 leemos: 1. Nosotros anunciamos a Cristo. Este es el propósito de la Iglesia, es decir, de usted y de todos nosotros. La motivación para esto no viene del corazón natural, sino que somos movidos por el Espíritu a hacerlo. No podemos predicar a Cristo en nuestras fuerzas ni por nuestra voluntad. Fracasaríamos. 2. Amonestando a todo hombre. ¡Qué difícil es esto! No todos nos atrevemos a amonestar (razonar con alguien que necesita una advertencia o consejo). Nuevamente, tenemos que hacerlo con el poder de Dios, pues si lo intentamos en nuestras fuerzas, cosecharemos enemistad y fracasos. 3. Enseñando a todo hombre en toda sabiduría. Solo Dios puede capacitarnos para ese nivel de enseñanza, sin error y sin hipocresía.
¿Qué podemos hacer entonces? Como Pablo, no luchemos solos; luchemos según la fuerza de Dios, quien actúa poderosamente en nosotros.