Gálatas 5:22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Escrito Por:Dilvany Gámez de Moreno
Hemos estado abarcando el fruto del Espíritu, esta lista, debería ser la medida a considerar al examinar nuestro crecimiento en cada una de estas virtudes; no cometa el error de compararse con su hermano, observe usted la lista y no se engañe a si mismo delante del Señor Jesucristo. Visto de esta forma, hoy vamos a medirnos con la templanza, la misma está ligada al dominio propio, al autocontrol, es decir, al actuar de forma moderada, en consecuencia, se considera también como un regulador entre mis impulsos y lo que realmente debo manifestar como hijo de Dios.
En la práctica, ¿cómo luce la templanza?. Se ha visto rodeado de personas que la mayor parte del tiempo se burlan sin piedad de los demás y usted se siente indignado por esta conducta y desea en su furor reclamar a esa persona su conducta injusta ¿qué haría usted? en ese tipo de casos, la templanza nos permite regular el furor interno por el acto de injusticia y nos lleva a actuar en compasión y amor hacia ambas personas tanto a la víctima como al victimario.
En función de lo planteado, es por el poder del Espíritu Santo, que ahora tenemos la capacidad de rechazar y huir de los malos deseos que me conllevan a pecar como la envidia, celos, amarguras, enojos. Dios nos ha dado espíritu de poder amor y dominio propio (templanza) (1Timoteo 1:7). Cuando usted y yo obedecemos y actuamos como Jesús es natural producir resultados, es evidente que la vida cristiana de frutos ya que ellos darán testimonio del crecimiento de nuestra relación con Dios.
Para finalizar, piensa ¿Cómo vas creciendo en la templanza?. Si te hace falta, pide en oración y podrás experimentar situaciones donde la pondrás en práctica, como buen discípulo de Cristo.