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Efesios 6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. 

Por: Nelly Jácome de Pérez

Los padres pueden ser parte del problema en provocar a sus hijos a ira. Se presentan a continuación algunas consideraciones al respecto:

  • La falta de armonía matrimonial: Cuando el hijo observa amargura en los padres, es susceptible a adquirir pensamientos de amargura, motivos, actitudes y acciones que ha visto como ejemplo en ellos (Hebreos 12:15).
  • Un hogar centrado en los niños: Ocurre cuando los padres no establecen un hogar que sea Cristo-céntrico, donde cada miembro de la familia entienda su lugar bíblico en la familia y esté comprometido a agradar a Cristo antes que a sí mismo. Esto sucede cuando los hijos son el enfoque, en vez de Dios (Prov.29:15).
  • Presencia de la ira pecaminosa: Cuando los niños observan ejemplos de ira en la comunicación, crecen a menudo sin los recursos bíblicos necesarios con los cuales podrán resolver conflictos y problemas personales (Prov. 22:24-25). 
  • Demostrar favoritismo por uno de los hijos: Los hermanos son diferentes los unos de los otros, por tanto, deben ser tratados como individuos. Deben ser amados por sus padres tal como es cada uno, impartiendo una enseñanza y evaluación idénticas. 
  • Romper una promesa: Las promesas a sus hijos deben ser cumplidas por los padres. En el caso de no poder ejecutarlo, debe ser socializado con su hijo, argumentando las razones que impidió cumplir con la promesa (Prov. 6:1-5), a fin de que su decepción no se convierta en enojo. 
  • Invertir los papeles dados por Dios: Cuando el orden de Dios es violado en el hogar las consecuencias crean un ambiente en la familia que promueve la frustración. Las esposas tienden a sentir amargura y perder el respeto hacia sus esposos por no cumplir el papel establecido por Dios, ser sacerdote y guía espiritual de su familia y la esposa asume ese rol. Tales intercambios de papeles no proveer al niño con buenos ejemplos para seguir el orden de Dios en el hogar (Efesios5:22-24). 

Se podrían detallar muchas otras consideraciones, pero se concluye indicando que la madre y el padre cristianos necesitan la plenitud del Espíritu Santo para poder percibir las necesidades y los problemas de sus hijos. El padre cristiano debe de amar y cuidar a sus hijos. No es suficiente alimentarlos físicamente, proveyendo comida, techo, y abrigo, si no también, alimentarlos emocional y espiritualmente.

Adonay de nuestra vida, danos de tu sabiduría para poder ser padres fieles y piadosos en tu camino y así poder criar a nuestros hijos con el ejemplo y temor tuyo, en el nombre de Jesús, amén.

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