1 Corintios 12:20 Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo.
Escrito Por Dayse Villegas Zambrano
Los cristianos somos muchísimos, distribuidos en la iglesia local y en ese gran organismo que es la iglesia de Cristo en el mundo. Somos diversos, multifuncionales, multipropósito. Y sin embargo, no debemos olvidar que el Señor es uno y que él no tiene muchos cuerpos. Sino uno solo.
No se puede seguir al Señor Jesús y rechazar ser parte de la iglesia. Siguiendo el pensamiento del apóstol Pablo, necesitamos a la iglesia. Los creyentes nos necesitamos el uno al otro.
- Incluso los que rechazan pertenecer a la iglesia porque piensan que no se le permite ejercer en el área que quieren, siguen siendo parte del cuerpo de Cristo. Sencillamente, son una parte en rebeldía. Sí, hay órganos rebeldes en el cuerpo, y también hay quien tiene el tratamiento para esa rebeldía, y es el Señor.
- Sí, también nos necesitan y necesitamos a aquellos que tienen puestos los ojos en ciertos dones o talentos de otros hermanos, y no ocupan el lugar que Dios les ha asignado, sino que codician lo que otro tiene. Necesitamos que encuentren su sitio y que florezcan. El bien de ellos es el crecimiento de todos. No podemos mirar con indiferencia su peregrinaje, tenemos que ayudarlos porque nos necesitan y porque los necesitamos.
- ¡Sí, nos necesitan aquellos hermanos que nos dicen que no nos necesitan! En realidad, a su manera, están expresando cuánta falta les hace sentirse parte del cuerpo, de la iglesia. Quieren pertenecer.
- Sería una gran crueldad decirle a un hermano, aunque sea alguien de los casos anteriores, que no lo necesitamos. También sería una gran mentira. En el mundo se dice que nadie es irremplazable. En el cuerpo de Cristo, cada miembro en particular es valioso y ha sido asignado por Dios a un lugar de complacencia, de crecimiento y de agrado. ¡Ayudemos a encontrarlo!