Filipenses 1:6 “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
La vida del apóstol Pablo es un gran testimonio de lo que el Eterno anhela de sus hijos, por cuanto este hombre de Dios, cuando escribió a la iglesia en Filipos su vida estaba llegando a su final. Aunque estuvo preso y encadenado, él inspirado por el Espíritu Santo de Dios escribe a sus hermanos, animándolos a alegrarse cualquiera fuera su circunstancia.
Así como el apóstol Pablo, nosotros debemos mantenernos fructíferos hasta el retorno de Cristo. El sustenta su enseñanza no en la fidelidad de los filipenses sino en el propósito y la perfección de Dios, en virtud de que cuando el Eterno inicia un proyecto, lo termina. Nuestro Padre Celestial no inicia algo para dejarlo inconcluso, su obra es perfecta, así como lo demostró cuando envío a Jesús a la cruz. Fueron las mismas palabras de Jesús que describieron éste proceso. Juan 19: 30b “consumado es”.
¿Ha sentido alguna vez que no hay progreso en su vida? ¿Se siente que todo está estancado? ¿Siente que algún área de su vida no progresa?. Por el contexto de la lectura bíblica de hoy, vemos que bajo la condición de padre espiritual el apóstol Pablo, al escribirles aproximadamente 10 años después de haber fundado esta iglesia, les aseguraba que el Eterno quien comenzó la obra en ellos la iba a terminar hasta el día en que volviera Jesucristo.
Esto significa que la vida no es perfecta todavía. Tiene una meta adecuada y será una meta que será alcanzada y la responsabilidad final no está en nuestras manos sino en las del Eterno. Es claro que la confianza del apóstol Pablo estaba depositada en Dios, no en sí mismo. Al final del día, todos estamos, si conocemos a Cristo en las manos de Aquel que nos puede transformar. A veces no queremos ser lo que Dios quiere que seamos, pero Él lo está haciendo a pesar de nosotros.
El Eterno sabe cómo traernos a las situaciones que harán que estemos dispuestos para él, si es lo que Él necesita. Que consuelo reconocer en manos de Quién estamos. ¿Podemos notar que aún no hay un punto final de la obra de Dios en nuestras vidas? El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que comenzó la buena obra en nosotros, la perfeccionará a través de toda nuestra vida y la terminará cuando veamos a Cristo cara a cara como lo ha prometido, Shalom.