Salmos 133:1 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”
Escrito Por: Ericka Herrera de Avendaño.
El Salmo 133 nos presenta una hermosa imagen de la unidad entre los hermanos en la fe. Nos muestra cuán bueno y delicioso es cuando vivimos en armonía y comunión unos con otros. Esta unidad no solo es agradable, sino que también es una bendición que proviene de Dios.
Vivir en unidad es un llamado a estar juntos, a estar unidos en corazón y propósito. Es reconocer nuestra identidad como hijos de Dios y nuestro vínculo como hermanos en Cristo. La unidad no significa que siempre estaremos de acuerdo en todo, pero implica que, a pesar de nuestras diferencias, podemos amarnos, respetarnos y apoyarnos mutuamente.
La unidad en la comunión cristiana no solo tiene un impacto en nosotros, sino también en el mundo que nos rodea. Cuando vivimos en unidad, mostramos al mundo el amor y la paz que solo Dios puede brindar. Nuestra unidad es un testimonio poderoso del poder transformador de Dios y puede atraer a otros a buscar la comunión con Él.
Sin embargo, la unidad no es algo que sucede por nosotros mismos. Requiere esfuerzo, humildad y amor sacrificial. Necesitamos buscar la reconciliación, perdonarnos mutuamente y cultivar la armonía. La unidad es un reflejo del carácter de Dios y se manifiesta cuando vivimos en obediencia a Su Palabra.
Hoy, reflexionemos sobre nuestras relaciones con nuestros hermanos en la fe. ¿Estamos cultivando la unidad y la armonía en nuestra congregación? ¿Estamos dispuestos a perdonar, a amar y a estar en paz con aquellos que nos rodean? ¿Estamos buscando la unidad entre hermanos, más allá de nuestras diferencias?.
Oremos para que el Espíritu Santo nos ayude a vivir en unidad y armonía. Oremos para que podamos ser instrumentos de paz y amor en nuestras relaciones entre siervos de Cristo. Oremos para que nuestra unidad sea un testimonio vivo del amor de Dios y atraiga a otros a buscar una relación con Él.
Que la unidad sea una realidad en nuestras vidas y en nuestra congregación. Que busquemos la unidad en el amor, la paz y la armonía, reconociendo que es un regalo precioso de Dios. Que nuestras vidas sean un reflejo de la belleza y el poder de Dios obrando en cada uno de nosotros, para vivir en unidad, en el nombre de Jesús, amén.