Daniel 1:12-13: “Te ruego que pongas a prueba a tus siervos por diez días, y que nos den legumbres para comer y agua para beber. Que se compare después nuestra apariencia en tu presencia con la apariencia de los jóvenes que comen los manjares del rey, y haz con tus siervos según lo que veas.”
Escrito Por: Jackson Villalobos Duarte
En el versículo 8 del Capítulo 1 de Daniel, expresa la determinación de Daniel por no contaminarse con la comida que proviene del Rey, para el efecto, solicita a los mayordomos que no les den de comer a sus amigos y a él, del mismo alimento, sino que se les permitiera comer legumbres y agua, para lo cual dentro de diez días puedan comparar el estado físico de los que comen de la comida del Rey y el estado físico de ellos, los cuales no comían ni bebían nada de lo que provenía del Rey.
Algo a recalcar, es que, la palabra “contaminarse”, se deriva del hebreo Gaal, el cual se puede entender también como: ensuciarse, deshonrar, manchar o profanar; por lo tanto Daniel decidió guardarse de lo que se alimentaría en el territorio babilónico. En estos versículos podemos ver que, en este mundo en un momento dado se nos pueden presentar alimentos muy apetecibles, manjares, tentaciones a los ojos, pero que serían muy contaminantes para nuestra vida espiritual, la biblia nos detalla en “1 Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida no proviene del Padre, sino del mundo”.
Daniel le señala al mayordomo del rey, que su alimentación se iba a diferenciar en su semblante, por lo tanto, para que todo hijo de Dios se pueda diferenciar de los del mundo, debe decidir cambiar su forma de alimentación. Si vemos la referencia del verso 16 de capítulo 2 de 1ra de Juan, si en nuestra vida hay vanidad, arrogancia, altivez, es un índice que nuestro alimento no proviene de Dios, pues en Dios no hay esa base alimenticia, pues el versículo 17 de dicho capítulo cierra la idea señalando en 1 Juan 2:17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
En lo natural siempre se nos impulsa a comer saludable, para poder alargar un poco nuestro tiempo de vida en la tierra, pero al final sabemos que en algún momento hemos de perecer, no obstante, la biblia nos muestra que el alimento que Dios tiene para nosotros produce algo maravilloso en nuestra vida, pues aquellos que comen de su palabra de vida “permanecen”. Hoy tenemos un tiempo para examinarnos y revisar ¿cuál es nuestra alimentación?, y si aún nos alimentamos del mundo, estamos a tiempo para decidir no contaminarnos con la comida de este mundo, a fin de presentarnos íntegros ante nuestro Dios.