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Mateo 2:1-2 “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.

Por: Ps. David Agustín Pérez Vera

Los magos eran sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de la astronomía y de la ciencia. Ellos eran sabios que tuvieron una participación prominente en las cortes en muchos países orientales, como consejeros de los reyes. 

No resulta fácil determinar el fondo histórico que hay bajo este relato, pero sí su profundo simbolismo. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que no siempre sucede que los que tienen más privilegios religiosos, son los que tributan más gloria a Cristo. 

Por cuanto en aquella época la presencia de escribas y fariseos nos da a pensar que hubieran sido los primeros en correr presurosos a Belén, al oír el más ligero rumor que el Salvador había nacido. Pero no fue así, por el contrario, observamos que unos cuantos desconocidos extranjeros de una tierra lejana fueron los primeros hombres en celebrar Su nacimiento. 

No cabe duda, la imagen que se registra en nuestra mente, al observar la pobreza de la naturaleza humana, el mismo apóstol Juan lo registra “El vino a los suyo, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11). Hagámonos la siguiente interrogante ¿Con cuánta frecuencia se puede ver lo mismo entre nosotros?  

Miremos que estos hombres sabios viajaron miles de kilómetros para ver al Rey de los judíos. No hubo cansancio, temor, ni nada que impidiera que ellos reaccionaran con gozo, adoración y le dieron sobre todo lo que abundaba en sus corazones. ¡¡¡Vaya, vaya!!! que diferente a la forma en que reacciona la gente hoy. Esperamos que Dios venga a buscarnos, que se dé a conocer, que demuestre quién es y que nos dé ante todo regalos, bendiciones, añadiduras, y no hacemos nada para adorarlo. 

Si aún no tienes a Jesús en tu vida búscalo, recíbelo como tu Señor y Salvador, y, con todo tu corazón adórale, no por lo que puedas conseguir de Él, sino por lo que Él es. Shalom.

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