Mateo 1:23 “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, m que traducido es: Dios con nosotros”.
Por: David Agustín Pérez Vera
¡Llego la navidad! ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Que maravilloso! Hoy hay mucho más que decir en este versículo, no solo el hecho de que Jesucristo nació de una doncella virgen. Sino que más allá de esa gran verdad, es la esencia de la historia que relata uno de los discípulos del Señor.
En el nacimiento de Jesús, el Espíritu de Dios estuvo operativo como nunca antes en este mundo. Es el Espíritu Santo el que trae a la humanidad la verdad de Dios; el que capacita a las personas a reconocer esa verdad cuando la ven.
Hoy tenemos que contar este relato, a través de nuestras propias vidas, es decir, que cada uno de nosotros nos convirtamos en esos agentes multiplicadores de esta gran verdad, que Jesús realmente nació en nuestros corazones. Él sería por mandato divino llamado Emanuel que traducido es “Dios con nosotros”, dicho de otra manera, Jesús era Dios en la carne; en otras palabras: Dios entre nosotros.
Por medio del Espíritu Santo, Cristo está presente en la vida de cada persona que lo recibe en su corazón como su Salvador y Señor. Así pues, cuando Jesús vino a este mundo caído, Él con su poder pudo recrear la vida. Hoy también, puede traer vida a las almas que están muertas en delitos y pecados.
Si no tiene a Jesús aún en su vida, no tarde más, no posponga una de las más importantes decisiones que cambiará su vida por completo, esta navidad puede ser la mejor oportunidad que tenga, al recibir el regalo de Dios a “Jesucristo” como su Salvador. Y si usted ya es un hijo de Dios, mantenga sin fluctuar su decisión y siga creciendo en estatura y gracia para con Dios y los hombres, siguiendo como ejemplo a su Maestro, ¡¡¡Feliz Navidad!!! Shalom.