1 Samuel 15:22 “Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros”.
Por: Daniel Mora Jiménez.
Dentro de este pasaje encontramos una perspectiva muy importante de la obediencia puesto que Samuel hace dos comparaciones, en primer lugar dice: “el obedecer es mejor que un sacrificio” y luego señala: “el prestar atención, que la grosura de los carneros”, lo cual nos muestra un deber esencial dentro de la obediencia, pero para entender este detalle debemos observar su contexto.
El rey Saul recibió una orden de parte de Dios, que consistía en erradicar por completo a todos los amalecitas, sin embargo, pese a que fue a la guerra contra Amalec, no cumplió del todo la orden de Dios, pues dejó con vida al rey y tomó a las mejores ovejas, vacas y terneros como botin para presuntamente ofrecerlos en sacrificio a Dios. Parte de las características de obedecer a Dios es prestar atención a cada detalle de lo que Él nos ordena, sin pasar nada por alto, en base a esto vemos en Deuteronomio 6, a un Moises que repite varias veces “escucha Israel”, y en el verso 6 señala: “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando”.
Por lo general como seres humanos tendemos a olvidarnos de las cosas, por ello para recordar usamos apuntes o stickers pegados en lugares vistosos, de la misma forma nosotros debemos guardar la palabra de nuestro Dios en nuestros corazones, recordando cada detalle de sus mandatos; En Santiago 1:25 tenemos una exhortación de no ser oidores olvidadizos, sino que prestemos atención y perseveremos en lo que Dios nos ha ordenado y siendo hacedores de ella, pues vivir así producirá que seamos Bienaventurados, por ello, si queremos ser felices en nuestra vida no hay nada mejor que podamos hacer que obedecer y prestar atención a la palabra de Dios.