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Salmo 119:17 Trata con bondad a este siervo tuyo; así viviré y obedeceré tu palabra.

Por: Daniel Mora Jiménez. 

Dentro de la tercera sección del salmo 119, encontramos algunas peticiones que realiza el salmista hacia Dios y cada una de ellas se centran en el reconocimiento de su incapacidad para obedecer la palabra de Dios por su propio esfuerzo, es así como cada día debemos presentarnos delante de nuestro Señor, con un corazón contrito y humillado, reconociendo que sin Él nada podemos hacer, y dispuesto a obedecerle. 

En nuestra humanidad somos sujetos muchas veces a vivir en ambigüedad, pues en ocasiones hacemos promesas que luego dejaremos de cumplir, quizás muchos de nosotros a esta fecha, hemos roto alguna de las promesas realizadas al inicio del año, y así mismo podemos estar viviendo en nuestra comunión con Dios, un día decimos querer servirle con todas nuestras fuerzas y al día siguiente no. 

Pero sublime la gracia de nuestro Dios que nos alcanzó a pesar de no merecerlo, y con ello hemos sido favorecidos con el don del Espíritu Santo, por medio del cual en su poder podemos vencer al pecado y rendirnos a la obediencia de Cristo. Pero algo debemos tener en claro, el mundo no puede entender la Palabra de Dios y mucho menos obedecerla, es así como el salmista clama a Dios para que sean abiertos sus ojos, a fin de que puedan contemplar las maravillas de su Palabra. 

Ezequiel 36:26 dice: “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.  Anhelas obedecer a Dios, recuerda que en tus fuerzas nada puedes hacer, pero todo lo podemos en Cristo Jesús el cual nos fortalece. 

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