1 Juan 5:3 “El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga”.
Por: Daniel Mora Jiménez.
En una relación personal, queda en tela de duda decirle a la otra persona que la ama si no se lo demuestra, es decir, el amor toma verdadero significado más allá de las palabras, por tanto, es necesario expresarlo, es así, como la biblia nos muestra la carencia que existe, en alguien que solo señala su amor a Dios de labios; y sin embargo su corazón está lejos de Él, Isaías 29:13 nos dice: “este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí”.
Por lo cual, la forma como demostramos nuestro amor a Dios es por medio de la obediencia a sus mandamientos, pero esta obediencia no debe ser confundida con un simple cumplimiento rutinario o litúrgico, puesto que nuestro Señor Jesucristo recalcó que no basta solo con el cumplimiento, es necesario entender el motivo por el cual debemos rendir nuestra vida en obediencia a Dios, no solo obedecer los mandamientos de nuestro Dios, sino hacerlos nuestro, es decir, amar su Palabra con fervor, con gran celo anhelar escudriñarlos y poder cumplirlos, tal como el Salmo 119:97 lo expresa: “Oh cuanto amo tu ley, odo el día es ella mi meditación”.
Por último, la palabra nos muestra que los mandamientos de nuestro Dios no son una carga, es así como nuestro amado Jesucristo nos dijo: “Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”, no obstante la carga se encuentra presente en aquella persona que no quiere negarse así mismo, que no quiere morir a sus deleites, por causa de ser cautivos del pecado, pero nosotros al estar en Cristo hemos sido llamados a vencer al mundo, por medio de nuestra fe en Cristo Jesús, el Hijo de Dios.