Números 14:14 “Y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego”.
Por: David Agustín Pérez Vera
Todos y cada uno de nosotros tenemos una historia que contar, la misma que puede estar llena de grandes logros o tal vez de grandes derrotas. Al final del día, según sea tu historia la puedes recordar con alegría o tristeza. Pero hoy, tenemos la oportunidad de recordar una historia maravillosa, donde el pueblo de Dios pudo ver la grandeza del Eterno, al relatar que Él siempre estuvo en medio de ellos. Para esto hay que observar su fe. Caleb quiso enfrentar con valor un gran desafío. Cuarenta y cinco años atrás, él había visto a los anaceos, hombres de grande estatura, que tenían ciudades amuralladas, que eran prácticamente fortalezas invencibles, en razón a lo que se menciona en Números 13:28. “Más el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac”. Pero, sin embargo, a los ochenta y cinco años de edad, Caleb quiere enfrentarlos y echarlos de esa tierra. Esto era posible porque en su pasado y presente siempre tenía la mirada puesta en Jehová el Todopoderoso.
Con la confianza puesta en Dios, Caleb pudo pedir a Josué: “Dame ese problema, yo confío en Jehová, déjame fortalecer mi fe, permíteme ejercitarme en la dependencia de mi Dios”. Y peleó contra los gigantes anaceos y los echó, tal como lo registra la Biblia. ¿Estás tú dispuesto a ser ejemplo para otros en fidelidad a toda prueba, en fortaleza espiritual capaz de derrotar todo obstáculo, sabiendo que el Eterno está contigo y entre su pueblo? Este es el tiempo donde el Eterno puede fortalecer tu fe por medio de Cristo Jesús, y aquella persona que no ha experimentado un encuentro con Él, recíbalo hoy como Su Señor y Salvador y disfrute de una vida en libertad y plenitud, Shalom.