Hebreos 9:28 “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
Por: Nelly Jácome de Pérez
Muchos hemos tenido que esperar por algo. Unos esperan horas por tomar un vuelo, otros esperan en las filas largas de los bancos, otros están esperando el nacimiento de un bebé; todos son períodos de espera diferente en tiempo y causa.
Para los creyentes en Jesucristo, los que hemos creído en Cristo como Salvador personal, la Segunda Venida del Salvador se ha venido esperando por casi 2.000 años. Desde que Jesucristo vino por primera vez a la tierra, Él mismo confirmó que vendría por segunda vez para llevarnos a dónde Él va a estar: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). Esta promesa dada por Jesucristo a Sus discípulos da confianza a quienes “le esperan”.
Aquel sublime sacrificio nos ha granjeado una salvación completa y eterna cuya plena realización no se llevará a cabo mientras estemos aún en la tierra, pero lo será cuando el Señor vuelva para arrebatar a los que somos Suyos. La expresión del versículo 28: “aparecerá… para salvar” se refiere a la salvación definitiva: la redención del cuerpo completando la del alma.
¡Bendito sea el Señor! ¡No faltará ningún redimido en el glorioso encuentro con Cristo! Amados hermanos, aprestémonos para ir al encuentro del Esposo. Si por Él vibran nuestros corazones y afectos, viviremos constantemente en la espera de Su regreso, Amén.