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Romanos 7:5-6 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Por: Dayse Villegas Zambrano

Uno que ahora es libre de la ley (la que establecía puntualmente nuestros delitos y nuestros castigos) vive bajo un nuevo régimen, el del Espíritu. Si antes acumulábamos obras para la muerte, ahora producimos frutos espirituales. 

La palabra régimen nos hace pensar. ¿Qué tipo de gobernante es el Espíritu? ¿Cuál es su régimen? Es uno de renovación, de nuevos comienzos, de innovación, de desarrollo, de oportunidades. Algo como no se ha encontrado antes. Un reino de descubrimientos. Esto nos sugiere: 

  1. Que hay que renunciar a lo anterior. A un reino nuevo no podemos llevar cosas viejas, empezando por “la vieja letra”, es decir, leyes, principios, costumbres y tradiciones del mundo y no del Espíritu.
  2. Que hay que tener el valor de empezar de cero, de aprender todo de nuevo, de preguntar, de ser otra vez como niños en su primer día de escuela. 
  3. Que hay que tener grandes expectativas, sin miedo a decepcionarnos. Hay una nueva vida preparada para nosotros, dones, capacidades, historias por vivir. 

Para descubrir hay que investigar, explorar y experimentar. Este es un reino abierto al conocimiento, a la creatividad y a la construcción; aquí no hay acumulación (el yo), sino productividad (nosotros). Ahora que usted es libre, ¿se reconoce en estas afirmaciones? ¿Siente y vive como alguien que camina por las calles de un nuevo reino? 

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