Santiago 1:13-14: “Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y Él mismo no tienta a nadie. Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión.”
Escrito Por: Jackson Villalobos Duarte
En lo general, conocemos el daño que produce en nuestra vida espiritual el caer en tentaciones, la biblia nos enseña en Santiago 1:14 que, “cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión”, por lo cual es necesario entender que cuando experimentamos una tentación no podemos culpar a Dios, sino tan solo a nosotros mismos.
No obstante, si Dios permite la tentación, es por cuanto este proceso va a darnos un resultado que va a determinar dónde se encuentra nuestro corazón. Esta perspectiva la encontramos en la historia de José, cuando la esposa de Potifar intentó seducir a José, en ese momento se reveló el carácter de José, demostrando el compromiso que tenía en cuanto a la santidad para con Dios y la obediencia para con sus estatutos. La Palabra de Dios dice que nuestra fe será probada y refinada por el fuego, y la tentación es parte de ese fuego que ha de probar cuán genuina es nuestra fe. Cuando recordamos la historia de José, narrada en el libro de Génesis, observamos que él pasó satisfactoriamente la prueba y, al hacerlo, dio como resultado gloria y alabanza para nuestro Dios.
No hay duda de que hay algo digno de imitar en José. No hay duda de que hay algo digno de imitar y aplaudir en el profeta Daniel, así como en otros hombres de Dios, pero no podemos exaltarlos a ellos por encima de Su Dios, quien los capacitó para pasar la prueba, pues es Dios quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad (Fil. 2:13). Por lo tanto, exaltemos al Dios de los héroes de la Biblia, el cual nos ayuda a vencer toda tentación, a fin de ser libres en Él y poder obedecer su bendita Palabra.